Sobre el amor y lo cotidiano
Carta enviada el 28 de febrero de 2023
Hace poco iba sola en un vuelo largo y a mi lado iban dos viejitos, quizás de 80 años, eran todo lo que está bien en la vida, mi couple goal. Compartían todo, picaron un burrito por la mitad, se ayudaban con cada detalle. Eran tecnológicos, estaban activos y se iban a Miami a la playa porque San Francisco estaba muy frío. Iban por 4 días y estaban haciendo miles de planes de todo lo que harían en el sol, tenían una guía de Lovely Planet, buscaban, leían y compartían opiniones sobre cuales eran los mejores planes. Yo los veía con el rabito del ojo, tan feliz por ellos, con esperanza en la vida que me falta por vivir. Tenían un ipad y tenía un cable del que salían dos cablecitos, cada uno conectó sus audífonos y vieron 2 películas y al terminar cada una comentaban sus impresiones. Era el uno del otro el complemento.
Después de estar en pareja por 17 años sé que lo perfecto, lo absoluto no existe, sé que detrás de esos señores hay crisis, peleas, momentos complicados, hay elecciones diarias, hay encrucijadas; también hay respeto mutuo, hay perdón, pero sobre todo hay muchísimo amor y voluntad. Incluso sabiendo eso, solo podía pensar en lo perfecto y representativo de ese cable doble.
Para mi el amor son pequeñas elecciones cada minuto. Suena difícil pensarlo así “elegir cada minuto al otro”, pero cuando sentimos amor verdadero esas decisiones son naturales, las guía ese sentimiento tan bonito que es el amor.
Pensamos que el amor son estos grandes momentos, el día de la boda, del nacimiento de un hijo, del viaje de los sueños; pero para mi el amor es mucho más que grandilocuencia, es sobretodo lo cotidiano.
Es el café o el té de la mañana, es la caminata al supermercado y cargar juntos la compra de regreso a la casa, compartiendo el peso, es tomar esas decisiones cotidianas desde el respeto, es confiar en que se tienen el uno al otro en la maravilla de las grandes experiencias; pero también en el encierro, la angustia y la tristeza de la pandemia, por ejemplo.
Al final el amor grande, el verdadero, el maravilloso está compuesto por una suma de miles de momentos cotidianos, que nos pasan frente a nosotros y muchas veces no somos capaces de reconocerlos.
Una de mis historias de amor preferidas es de un libro de Isabel Allende. Habla una pareja de tiene 40 años de casados y al ser interrogados sobre ¿cuál es el secreto de un matrimonio exitoso? Ellos responden “nos hemos casado varias veces entre nosotros mismo”. Nos casamos muy jóvenes y no somos ni de cerca los que fuimos hace 40 años, hemos sufrido cada uno cambios y transformaciones a lo largo de nuestra vida y aun así seguimos eligiendo la persona distinta en las que el otro se ha convertido. Hemos seguido diciendo “si, te acepto”, incluso cuando ya no somos ni la sombra de lo que fuimos en aquel tiempo lejano en el que nos casamos.
Deseo que siempre la cotidianidad amorosa me siga pareciendo extraordinaria y les deseo a todos una vida llena de amor, amor bonito de diferentes formas.